Mi padre no era ignorante pero ignoraba muchas cosas
Sin mucha educación, pero sabía muchas cosas
Era otro siglo, otro país
Mi padre decía que sus amigos eran títulos sin abogados
Y el se consideraba un abogado sin título
No pudo terminar la escuela de Derecho por falta de fondos, decía
Ellos apenas trabajaban y ganaban mucho
Él trabajaba duro y por muy poco
Mi padre amaba su iglesia y su religión
Nunca puso una mano sobre mí o mis hermanos
Mi padre amaba el arte, la música clásica, los libros y la historia universal
Amaba y odiaba la política
También amaba las corridas de toros
Nunca tuvo dinero para visitar museos o asistir a conciertos
Nunca vió el océano, nunca pisó tierra extranjera
Nunca viajó en avión, apenas en tren
Y nunca aprendió a conducir
Otro siglo, otro país
Mi sangre, otra triste historia
Muchos sueños, muchas esperanzas, muchas metas
Muchas pesadillas, muchas decepciones, muchos fracasos.
¿Estoy hablando de mi padre o de mí aquí?
Mi padre, vendiendo mi bicicleta, empeñando su guitarra
Arrojados de casas de renta, con muebles en la acera
Yo, sentado en una pelota
Yo era un niño inocente de diez años
Pero el día de Navidad nunca faltaba un juguete
Mi padre, sus sueños de grandeza echados a un lado por un tiempo
Por el resto de su vida
Nos invitaba a cenar fuera, pero sólo uno a la vez
Éramos ocho, más mi madre, más él, éramos demasiados
Mi padre cruzando el río seco a 40 grados de temperatura
A caminar tres kilómetros para llegar al trabajo
Sólo para caminar diez más, revisando almacenes enormes
Con montañas de sacos, toneladas de granos, arroz, frijol y harina
Cuando en casa, muy apenas veíamos algo de eso
Mi padre me llevó a un partido de futbol
Mi padre me compró un libro
Mi padre me llevó al cine
Estoy orgulloso de mi padre
Aún lo extraño y lo amo
Mi padre murió en mis brazos
Mis lágrimas cayeron sobre las suyas
Si estuviera vivo le mostraría todo mi amor y admiración
Lo enseñaría a conducir
Lo llevaría en avión a Madrid
Lo llevaría a la Plaza de Toros
Al Museo del Prado
Lo llevaría al Mediterráneo
Aunque tuviera que venderle mi alma al diablo
Porque mi alma y mi corazón le pertenecían a mi padre.
The End
EDMUNDO BARRAZA
Visalia, Ca. 21-05-2012